
La corrección de este problema tradicionalmente se llevaba a cabo mediante una técnica quirúrgica conocida como Pucket en la cual se debilita ese anillo fibrótico y se redistribuye el tejido mamario del polo superior para llenar los cuadrantes inferiores. Por lo general se combina este procedimiento con la inserción de prótesis mamarias para mejorar el aspecto global de la mama. Si bien este procedimiento clásico es efectivo, lograr el resultado optimo en cuanto a simetría y aspecto natural es prácticamente imposible.
En los últimos años la utilización de tejido graso en forma de injerto adiposo o lipotransferencia ha ganado amplia reputación reemplazando, en algunos casos, técnicas convencionales como la antes expuesta. En otras ocasiones he comentado los beneficios de la lipotransferencia. Su aplicación en esta deformidad de mamas tuberosas consiste en el tratamiento principalmente de los cuadrantes inferiores depositando tejido graso a través de pequeñas cánulas a modo de injerto. El tejido graso es previamente obtenido mediante liposucción, por lo general de la zona abdominal, pero en vez de descartar esta grasa aspirada se aprovecha para el tratamiento de las mamas. Es posible que sea necesario dos o tres sesiones espaciadas de 3 a 6 meses para lograr el resultado final optimo.
Con esta novedosa técnica no es necesario la utilización de implantes mamarios evitando sus posibles complicaciones y costos, por otro lado es evidente el beneficio doble de remodelado corporal por liposucción para la obtención de tejido graso.